En este relato, se presenta ante nosotros un
hombrecillo torturado por la sociedad, que aún en la desgracia ríe de sí mismo.
El nombre de Polzunkov es en
realidad su más grande martirio, es de este seudónimo de donde su persona se
vuelve insignificante, después de que pretendiera casarse con Polzunkova.
Polzunkov es un individuo que
goza de su desgracia, pero también el hecho de hacerlo es su propio consuelo,
las personas que lo rodean llegan al límite de reírse de su presencia física y
maltratarlo moralmente con sus carcajadas, y aunque Polzunkov también ríe de su
desdicha, internamente se desgarra de sufrimiento, mientras su aspecto físico continúa
mostrando una sonrisa.
En este escrito el personaje principal
pretende aceptación social, y su única arma es contar sus desgracias, incluso
se viste igual que las demás personas para no sentirse diferente ni excluido
del grupo.
Polzunkov cuenta la historia de
cuando se iba a casar con Polzunkova, pero todo esto fue una falaz mentira, simplemente
fue una broma que le jugaron a él y a su familia por ser primero de abril (día
de los inocentes en Rusia) hecho que marcó su vida. Pese a todo, intenta siempre
ser el centro de atracción, se rodea entre la embriaguez, la banalidad y hace de
su mísera vida un punto de jocosidad estrafalaria.